Una de las noticias más polémicas de la semana que ha pasado fue que los cerca de 22 millones de textos escolares que va a repartir gratuitamente el gobierno peruano a los alumnos de los colegios estatales van a llevar una foto del Presidente Alan García junto a unas líneas suyas sobre la educación.
Fue inevitable recordar un pasaje del libro del gran Ryzsard Kapuzsinsky "El Imperio" donde narra cómo en las escuelas de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) durante el gobierno de Stalin a los niños les repartían figuritas de los miembros del partido en el poder y obviamente los materiales también llevaban imágenes del líder.
No se trata por ende de algo gratuito. Es una maniobra de propaganda política muy antigua y, a su vez, sencilla. El público objetivo no son los padres ni profesores sino los niños que en unos años estarán aptos para sufragar. Yo aún recuerdo las portadas y algunas ilustraciones de superhéroes de mis textos escolares, pero en este caso, ellos evocarán el rostro de nuestro actual Presidente.
Este hecho en un país desarrollado no representaría una gran amenaza. Pero en el Perú, donde la gente vota por el que le regaló más polos, pelotas y almanaques de su partido, sí es un problema. Tal vez la forma de remediarlo sería empezar a dictar cursos de cultura política a nivel nacional para que cuando los futuros ciudadanos tengan que decidir por quién sufragar, lo hagan con una idea clara de lo que ese candidato o su partido realizó por el Perú cuando estuvo en el poder y no se dejen llevar por la foto.
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