domingo, 24 de julio de 2011

EN EL PODIO DE LA ILUSIÓN


El sábado 23 de julio del 2011, la selección peruana de fútbol escribió una de sus mejores páginas de su historia. Tras varios años sin mayores éxitos en las competencias oficiales en las que participó, logró un meritorio tercer lugar en la Copa América de Argentina al derrotar a Venezuela 4-1 con un gol de William Chiroque y un "hat trick" de Paolo Guerrero. 

Luego de este mes en el que se llevó a cabo el torneo, todos los peruanos hemos disfrutado de una gran campaña de nuestro equipo patrio. La gente ha vuelto a creer en nuestros jugadores, a no dudar que iban a dejar la piel en la cancha hasta el minuto 90 + 4. Un grupo unido, con mucha confianza, consciente de sus debilidades y virtudes, nos ha devuelto la ilusión. Y qué bien que se siente.

Soy de la generación que nunca ha visto a Perú en un Mundial ni esas glorias de antaño. Lo más cercano vivido fue cuando Cienciano se coronó campeón de la Copa Sudamericana venciendo a River Plate de Argentina y luego ganó la Recopa Sudamericana derrotando a Boca Juniors. Han sido casos aislados, como la Copa Libertadores Sub-20 que la ganó Universitario de Deportes hace unas semanas. ¿Por qué no volverlo algo más regular y no chispazos? 

Considero que a nivel de selección, con un gran estratega como Sergio Markarián y jugadores comprometidos, podemos hacerlo. Vivir esta alegría me ha hecho recordar la gran campaña de Turquía en la Copa del Mundo del 2002, cuando alcanzó el Tercer puesto sin que nadie lo tuviera en sus planes, gracias a su empeño, disciplina y esfuerzo. Vamos por buen camino, nos falta muchísimo por mejorar y consolidar, pero por fin tenemos un norte fijo, una buena brújula que nos guía y unos "guerreros" que lucharán por alcanzarlo.

  

viernes, 15 de julio de 2011

POR BUEN CAMINO


Hace muchos años esperaba ver a la selección nacional de fútbol dirigida técnicamente hacia un objetivo, trabajando con disciplina, formando jugadores y yendo de atrás hacia adelante sin bajar la cabeza ante ningún rival. Sería mezquino no reconocer que esa situación se está dando gracias a la presencia de un verdadero entrenador como Sergio Markarián, un tipo serio y con sus metas claras.

Lo primero que percibo es el gran respeto que le tienen los jugadores, a diferencia que cuando estaba José Del Solar o Julio César Uribe en el mismo puesto. También es reconocido a nivel internacional por la prensa y sus colegas de más alto nivel. Sus palabras no pasan desapercibidas (como su fastidio tras la derrota en el último minuto ante Chile). Respecto a sus declaraciones, debo admitir que concuerdo con él en algunos aspectos como la necesidad de jugar como equipo "chico", idea que ya había publicado anteriormente en otra columna de éste blog durante las eliminatorias.

No somos Argentina, Brasil, Uruguay ni nos acercamos siquiera actualmente al nivel de Chile o Paraguay. Terminamos últimos en las eliminatorias pasadas y nadie espera que seamos un equipo peligroso, seguramente los Colombianos están contentos de jugar contra nosotros en los cuartos de final de la Copa América porque nos consideran un equipo inferior.  Pero aparte de lo que "piensen" de nosotros, es verdad que no tenemos un equipo poderoso y que estamos en camino de equilibrar nuestras líneas y tener mayor efectividad en el ataque.

Es un error avergonzarse por jugar al contra ataque, por poner solo un delantero y llenar el mediocampo. Es una estrategia válida y legítima. La consigna es "no perder" y si se puede ganar, mejor aún. Creo, al igual que Markarián, que en fútbol debemos ser prácticos y fríos en las decisiones para buscar una oportunidad de alcanzar un cupo al Mundial Brasil 2014. Siendo conscientes de nuestras debilidades, podemos arriesgar sólo lo necesario y no vender ilusiones desmedidas ni derrotas vergonzosas. Todo es cuestión de estrategia y considero que nuestro D.T. está más que calificado para llevarla a cabo.

martes, 5 de julio de 2011

CON BUEN PIE


La selección peruana de fútbol inició con buen pie su participación en la Copa América 2011 con un justo empate. A pesar del frío de la ciudad de San Juan, las bajas por lesión de las figuras más populares del equipo (como Claudio Pizarro y Jefferson Farfán) y tener al frente a uno de los finalistas del último Mundial con toda su pólvora en el cañón.

Los once peruanos que empezaron el partido, vestidos totalmente de rojo (el modelo de camiseta nacional que más me gusta) mostraron el trabajo del técnico Sergio Markarián durante todos los "microciclos" y partidos amistosos. Fuimos más ordenados que de costumbre, con disciplina táctica en todas las líneas. Gracias a ello, pudimos evitar los embates de Forlán, Suárez y Cavani, un tridente agresivo que anoche no estuvo totalmente acertado.

Un calco de una espectacular jugada de gol entre Norlberto Solano y Andrés Mendoza (a quien no entiendo por qué no convocan) en el partido inaugural de las Eliminatorias a Alemania 2006 frente a Paraguay en Lima, fue esbozado por Michael Guevara y Paolo Guerrero en esta oportunidad. Un pase desde nuestra cancha, 40 metros hacia la valla contraria, encontrando enganchados a los zagueros uruguayos y la calidad de Guerrero para dejar en el suelo al portero Muslera y poner a Perú adelante en el marcador.

Fue en el minuto de descuento del primer tiempo, que Uruguay logra anotarnos el empate tras una jugada en la que nadie supo cerrar acertadamente a la ofensiva charrúa, dejando solo a Suárez para echar el balde de agua helada a nuestros compatriotas y entrar al vestuario como si nada hubiese pasado, a la espera de la segunda mitad del encuentro.

En los primeros minutos de la parte complementaria, Uruguay dominó las acciones del partido y tuvo la iniciativa. Sin embargo, Markarián movió las fichas y mandó al campo a Juan Manuel Vargas y Carlos Lobatón en reemplazo de Yotún y Guevara respectivamente.  Nuestra selección ganó en recuperación de balón y circuló mejor el juego, llegando incluso a generar algunas situaciones claras de anotar hasta el último minuto del partido, siempre respetando al rival.

Es un empate que tiene un sabor de justicia, que mantiene las opciones intactas y da confianza de que tenemos un equipo que la va a luchar en esta Copa América con miras a las Eliminatorias que están a la vuelta de la esquina.