martes, 5 de julio de 2011

CON BUEN PIE


La selección peruana de fútbol inició con buen pie su participación en la Copa América 2011 con un justo empate. A pesar del frío de la ciudad de San Juan, las bajas por lesión de las figuras más populares del equipo (como Claudio Pizarro y Jefferson Farfán) y tener al frente a uno de los finalistas del último Mundial con toda su pólvora en el cañón.

Los once peruanos que empezaron el partido, vestidos totalmente de rojo (el modelo de camiseta nacional que más me gusta) mostraron el trabajo del técnico Sergio Markarián durante todos los "microciclos" y partidos amistosos. Fuimos más ordenados que de costumbre, con disciplina táctica en todas las líneas. Gracias a ello, pudimos evitar los embates de Forlán, Suárez y Cavani, un tridente agresivo que anoche no estuvo totalmente acertado.

Un calco de una espectacular jugada de gol entre Norlberto Solano y Andrés Mendoza (a quien no entiendo por qué no convocan) en el partido inaugural de las Eliminatorias a Alemania 2006 frente a Paraguay en Lima, fue esbozado por Michael Guevara y Paolo Guerrero en esta oportunidad. Un pase desde nuestra cancha, 40 metros hacia la valla contraria, encontrando enganchados a los zagueros uruguayos y la calidad de Guerrero para dejar en el suelo al portero Muslera y poner a Perú adelante en el marcador.

Fue en el minuto de descuento del primer tiempo, que Uruguay logra anotarnos el empate tras una jugada en la que nadie supo cerrar acertadamente a la ofensiva charrúa, dejando solo a Suárez para echar el balde de agua helada a nuestros compatriotas y entrar al vestuario como si nada hubiese pasado, a la espera de la segunda mitad del encuentro.

En los primeros minutos de la parte complementaria, Uruguay dominó las acciones del partido y tuvo la iniciativa. Sin embargo, Markarián movió las fichas y mandó al campo a Juan Manuel Vargas y Carlos Lobatón en reemplazo de Yotún y Guevara respectivamente.  Nuestra selección ganó en recuperación de balón y circuló mejor el juego, llegando incluso a generar algunas situaciones claras de anotar hasta el último minuto del partido, siempre respetando al rival.

Es un empate que tiene un sabor de justicia, que mantiene las opciones intactas y da confianza de que tenemos un equipo que la va a luchar en esta Copa América con miras a las Eliminatorias que están a la vuelta de la esquina.

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