viernes, 15 de julio de 2011

POR BUEN CAMINO


Hace muchos años esperaba ver a la selección nacional de fútbol dirigida técnicamente hacia un objetivo, trabajando con disciplina, formando jugadores y yendo de atrás hacia adelante sin bajar la cabeza ante ningún rival. Sería mezquino no reconocer que esa situación se está dando gracias a la presencia de un verdadero entrenador como Sergio Markarián, un tipo serio y con sus metas claras.

Lo primero que percibo es el gran respeto que le tienen los jugadores, a diferencia que cuando estaba José Del Solar o Julio César Uribe en el mismo puesto. También es reconocido a nivel internacional por la prensa y sus colegas de más alto nivel. Sus palabras no pasan desapercibidas (como su fastidio tras la derrota en el último minuto ante Chile). Respecto a sus declaraciones, debo admitir que concuerdo con él en algunos aspectos como la necesidad de jugar como equipo "chico", idea que ya había publicado anteriormente en otra columna de éste blog durante las eliminatorias.

No somos Argentina, Brasil, Uruguay ni nos acercamos siquiera actualmente al nivel de Chile o Paraguay. Terminamos últimos en las eliminatorias pasadas y nadie espera que seamos un equipo peligroso, seguramente los Colombianos están contentos de jugar contra nosotros en los cuartos de final de la Copa América porque nos consideran un equipo inferior.  Pero aparte de lo que "piensen" de nosotros, es verdad que no tenemos un equipo poderoso y que estamos en camino de equilibrar nuestras líneas y tener mayor efectividad en el ataque.

Es un error avergonzarse por jugar al contra ataque, por poner solo un delantero y llenar el mediocampo. Es una estrategia válida y legítima. La consigna es "no perder" y si se puede ganar, mejor aún. Creo, al igual que Markarián, que en fútbol debemos ser prácticos y fríos en las decisiones para buscar una oportunidad de alcanzar un cupo al Mundial Brasil 2014. Siendo conscientes de nuestras debilidades, podemos arriesgar sólo lo necesario y no vender ilusiones desmedidas ni derrotas vergonzosas. Todo es cuestión de estrategia y considero que nuestro D.T. está más que calificado para llevarla a cabo.

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