El asesinato de José Mori, una persona a la cual se le vinculaba con Fernando Zevallos, en las afueras del penal San Jorge cuando se dirigía a participar de una audiencia judicial, demuestra que el narcotráfico y la ola de violencia que engendra está presente en nuestra ciudad con mayor fuerza de la que muchos piensan.
Es simplemente irrisorio cada vez que en los noticieros anuncian que la policía ha dado un duro golpe al narcotráfico por decomisar unos cuantos kilos de pasta básica de cocaína. La verdad es que todo lo que logran retener no es ni el 10% de lo que sale de nuestros puertos hacia el mundo.
El problema de fondo es que el narcotráfico sigue siendo visto como algo lejano a la capital, como un fenómeno de la ceja de selva o del Valle del río Apurimac y Ene. Pues eso es iluso. Nuestra capital ya está invadida hace años y es un negocio que crece junto con una nueva mafia que compra autoridades y corrompe el Estado, poniendo en riesgo a toda la población.
Si estos sicarios ya se atreven a matar a alguien que está participando de un proceso judicial en plena vía pública a la vista y paciencia de los transeúntes, es momento de preocuparse mucho más. Aparte de eso, las constantes amenazas a los fiscales y jueces fuera de Lima y las dudosas decisiones de la Fiscal de la nación, Adelaida Bolívar de exponerlos a la muerte, deben tomarse como un peligro latente y real.
Es momento de que el gobierno decida encarar este problema con seriedad y a gran escala y no esperar que vuelva a ocurrir algo como el atentado en la calle Tarata en los noventas para recién reaccionar cuando ya estaban durmiendo con el enemigo.
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domingo, 27 de enero de 2008
viernes, 11 de enero de 2008
SI AL "TLC" Y NO AL "TC"
Alan García fue muy claro durante su campaña al sillón presidencial: No al Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos. Sin embargo, cuando se hizo de la banda cambió de postura y la negociación con el país del norte ha sido una de las cuestiones de estado más apoyadas y vanagloriadas por el mandatario, ni que decir de la aprobación del mismo en diciembre pasado.
El 2007 también estuvo marcado por el pésimo proceso de selección de los nuevos tres magistrados del Tribunal Constitucional, manoseados por la bancada aprista e incluso uno de ellos fue parte de un escándalo político. Antes de esto, el TC era para el gobierno una entidad de prestigio. Cuando no lograron las designaciones que tenían planeadas dentro de este espacio judicial, la percepción del mismo cambió.
Actualmente el TC ha sentenciado la organización y ejecución de un referendum para determinar la devolución de los aportes hechos por los fonavistas al Estado peruano. El encargado de cumplir esto es el Jurado Nacional de Elecciones, organismo que no se le ha dado la gana de reconocer esa sentencia. Asimismo, el Premier Jorge del Castillo ha señalado que no se podría devolver el dinero y se invertiría en obras públicas de vivienda. Por su parte el Congreso está ansioso por debatir los poderes que debería tener el Tribunal Constitucional en el Perú.
Esto es un pésimo precedente dentro del ámbito judicial y una democracia como la nuestra. El Tribunal Constitucional es quien garantiza que se cumpla la Constitución y se velen los derechos de todos los ciudadanos. Sus poderes ya están determinados en la Carta Magna. Estas malcriadeces del JNE y parte del gobierno no deben tolerarse. La postura debe ser la misma siempre, no de acuerdo a la situación y menos si este Tribunal se esta volviendo pesado para el ejecutivo y el Apra, porque solo está cumepliendo con su función.
¿Qué va a pasar en un futuro si se pronuncian sobre temas más fuertes? Como van las cosas, tranquilamente plantearían la posibilidad de destituir a miembros del TC como lo hizo Alberto Fujimori en 1997.
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El 2007 también estuvo marcado por el pésimo proceso de selección de los nuevos tres magistrados del Tribunal Constitucional, manoseados por la bancada aprista e incluso uno de ellos fue parte de un escándalo político. Antes de esto, el TC era para el gobierno una entidad de prestigio. Cuando no lograron las designaciones que tenían planeadas dentro de este espacio judicial, la percepción del mismo cambió.
Actualmente el TC ha sentenciado la organización y ejecución de un referendum para determinar la devolución de los aportes hechos por los fonavistas al Estado peruano. El encargado de cumplir esto es el Jurado Nacional de Elecciones, organismo que no se le ha dado la gana de reconocer esa sentencia. Asimismo, el Premier Jorge del Castillo ha señalado que no se podría devolver el dinero y se invertiría en obras públicas de vivienda. Por su parte el Congreso está ansioso por debatir los poderes que debería tener el Tribunal Constitucional en el Perú.
Esto es un pésimo precedente dentro del ámbito judicial y una democracia como la nuestra. El Tribunal Constitucional es quien garantiza que se cumpla la Constitución y se velen los derechos de todos los ciudadanos. Sus poderes ya están determinados en la Carta Magna. Estas malcriadeces del JNE y parte del gobierno no deben tolerarse. La postura debe ser la misma siempre, no de acuerdo a la situación y menos si este Tribunal se esta volviendo pesado para el ejecutivo y el Apra, porque solo está cumepliendo con su función.
¿Qué va a pasar en un futuro si se pronuncian sobre temas más fuertes? Como van las cosas, tranquilamente plantearían la posibilidad de destituir a miembros del TC como lo hizo Alberto Fujimori en 1997.
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