sábado, 3 de noviembre de 2007

VICTORIA PARCIAL

La extradición de Alberto Fujimori no significa que la vicotria de justicia este asegurada, es sólo un triunfo de medio tiempo en el partido judicial en su contra.

El encuentro se inició cuando el ex mandatario arribó a Chile procedente de Japón donde se encontraba protegido por su doble nacionalidad peruana-nipona. La Interpol se encargó de detenerlo y el rumbo de las gestiones de la procuradoría cambió de Asia al país sureño. La ofensiva legal estuvo compuesta por los doce cuadernos de extradición.

El primer gol fue obra de la fiscal Maldonado, quien recomendaba que proceda la extradición al hallar indicios suficientes en los documentos presentados por el Estado peruano. La alegría no duró mucho porque el juez encargado del caso, Orlando Álvarez, a los pocos minutos anotó el tanto del empate a favor de Fujimori al sentenciar que ninguno de los delitos por los que se le requería en nuestro país tenían sustento.

La angustia se apoderó de las graderías del escenario público. En ese momento la estrategia debía cambiar o se complicaría el partido. Felizmente, la segunda sala penal de la Corte Suprema de Chile determinó que se extradite al ex presidente peruano por ocho de los doce cuadernos, votando por unanimidad en los casos de violación a los derechos humanos que son los que, de acuerdo a la legislación peruana, contemplan penas mayores. Ese fue el 2-1 con el cual culminó el primer tiempo. Una ventaja parcial.

Es comprensible que la mayoría de los peruanos estemos contentos por presenciar un hecho sin precedentes en la historia mundial como es el caso de la extradición de un presidente para ser juzgado en su propio país -al serbio Slobodan Milosevic lo llevaron a la prisión de la Haya donde falleció antes que culmine su juicio- y la esperanza de que la justicia nacional sentencie con rigurosidad y sin contemplaciones a Fujimori. Sería una lección para las autoridades de turno –y las que están por venir- de que la corrupción y los crímenes que cometan durante su estancia en el poder no van a quedar impunes y que deberán responder por ellos ante la justicia.

Ése es el panorama para el segundo tiempo. La algarabía de los ciudadanos por ser testigos de una buena labor del Poder Judicial aún va a tener que esperar. En contra de nuestro equipo puede jugar la evidente alianza entre el Apra y el fujimorismo y los intentos de estos últimos por politizar el proceso. Ahora que tenemos una ventaja a favor, el Estado debe saber mantenerla y definir el encuentro lo más pronto posible.

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