La actuación de Alianza Lima en la última semana ha sido penosa. En la Copa Libertadores, su visita a Chiclayo resultó con canasta llena (perdieron 4-1) ante un Juan Aurich que sigue batallando para no quedar eliminado en primera fase. Esa noche, los blanquiazules no dieron pie en bola, perdieron facilmente las marcas (en especial las de Ascoy y Manco) y lo pagaron caro. Un partido que en el papel lo veían como un empate, terminó en derrota y de que forma.
Luego, el sábado pasado recibieron en Matute al César Vallejo, un equipo que al nivel que se encuentra va a pelear hasta el final entre los primeros del Campeonato nacional. Nuevamente, Alianza estuvo por debajo del nivel que mostró en anteriores encuentros y finalmente cayó derrotado en su casa por 2-0. Algunos jugadores ya están mostrando el desgaste propio de nuestro fútbol que no permite un rendimiento similar en dos competiciones simultáneas.
Aparte de eso, el plantel seguramente ha perdido algo de confianza. Luego de una gran racha y buen juego, perder dos encuentros seguidos y antes rivales que no resuenan a pesar de su buena producción, definitivamente ha de hacer tambalear a los jugadores y al técnico. Es cierto que el Campeonato nacional recién está en sus primeras fechas y que en la Copa Libertadores están casi en la segunda fase, pero estos sustos deben aprovecharse para corregir errores y evitarlos más adelante.
Leyendo hoy la edición online del diario Perú 21, me encuentro con una nota sobre cinco técnicos que actualmente están en clubes peruanos y que podrían ser candidatos para entrenar a nuestra selección de cara a la Copa América y las eliminatorias a Brasil 2014. Adelanto una opinión: creo que de los cinco el mejor es el colombiano Luis Fernando Suárez, un tipo serio que plantea bien sus encuentros y que logró llevar a Ecuador a Alemania 2006 donde dejó una buena impresión.
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