Cuando encontré este video en BBC Mundo, me hizo nuevamente reafirmar el aprecio que le tengo a los libros. Siempre serán valiosos, incluso en medio de una era digital. No hay mayor placer que sentarse en un sillón con ropa cómoda y coger entre tus manos una edición especial de un título que te gusta. Es el gusto de sentir con las yemas de los dedos la celulosa del papel y la cubierta acartonada que le da forma y que sirve de preludio a la imaginación. Empieza una aventura que irá tomando vuelo de acuerdo a la velocidad con que pases las páginas.
Para mi un libro es un regalo espectacular... Sea una novela, relatos, ensayos, de fútbol o ciencia. Es un bastión de cultura y entretenimiento. De nuevas ideas y paradigmas rotos. Sea de 1,000 o 20 páginas, igual será un reto intelectual porque en estos menesteres, el tamaño no es lo que importa. Lo que sí puede influir en un futuro comprador es una buena portada. Pero los adictos a la lectura (nunca pude rehabilitarme) vivimos fieles al dicho "no juzgues un libro por su portada".
Tras todos estos años, recién me he animado a ver la posibilidad de publicar algo de lo que he escrito. Es complejo y los caminos se bifurcan entre las decisiones y presupuestos. Sin embargo, si no se gesta impreso y puedo llevarlo en mi mochila de viaje, sentiría que mi humilde creación es solo es un ánima sin cuerpo donde encarnar. Aunque no me opongo a que, una vez física y tangible, sea capaz de desdoblarse. Y espero realmente que si estos señores del video lo encuentran en la basura de Brasil, lo recaten y lo pongan a salvo en un estante.
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