Para los peruanos que no hemos visto a nuestra selección en la fase final de un Mundial de fútbol (digo fase final porque desde las eliminatorias, para la FIFA ya se está jugando el máximo torneo) cada partido representa una breve ilusión de ese sueño. Lamentablemente más ha sido una pesadilla con un sabor amargo la participación de Perú a nivel internacional. Seguimos en el mismo círculo de ilusión - desazón sin salir de él y empezar a mirar el panorama completo sin dejarnos atrapar por la inmediatez mediática.
Durante los cuatro años que trabajé como reportero y comentarista en Radio Ovación (del 2002 al 2006) pude experimentar en la labor diaria, en las previas a los encuentros de la selección y en los análisis post-partido que, efectivamente, la historia se repite. Se comenten los mismos errores en el campo de juego (las famosas "desconcentraciones" de los jugadores), los goles que nos convierten de pelota parada y la falta de técnica de varios jugadores. A eso se suma la mala planificación de los dirigentes, la relación tormentosa entre los técnicos de turno y la prensa, las críticas a los jugadores supuestamente referentes del equipo y los escándalos fuera de las canchas. Ahí termina el fútbol peruano para la mayoría.
Si nos atrevemos a mirar más allá, deberíamos fijarnos en el famoso proceso que nos prometen hace años desde la Federación Peruana de Fútbol. ¿Es raro que Juan Jayo, Flavio Maestri, Roberto Palacios y Norlberto Solano sigan teniendo un lugar practicamente indiscutible en la selección luego de participar en varios procesos eliminatorios anteriores? Más que raro, es preocupante que no hayan salido nuevos jugadores para esos puestos.
La principales razones para ello son: 1)No se les ha buscado adecuadamente (señores, uno no busca en la Videna con torneos veraniegos de menores, hay que ir a los departamentos a realizar un scouting apropiado), 2)Los que han aparecido no han sido formados con profesionalismo y dentro de un plan de desarrollo que los prepare para avanzar diversas etapas hasta llegar a la selección de mayores y 3)No ha habido una orden para que en el torneo local, en cada partido al menos dos jugadores sub-20 estén obligatoriamente en los equipos titulares en vez de tanto "paquetazo" que traen los clubes.
Sin un verdadero proceso para el fútbol peruano, diseñado de acuerdo a nuestra realidad y dirigido por un profesional capaz y de largo aliento, no va a haber nunca un relevo generacional adecuado que impulse a nuestra selección y empiece el cambio que todos esperamos con ansias. Mientras los dirigentes hagan su negocio con las entradas sin definir políticas claras para salir del mal momento, algunos medios solo se concentren en alabar o destruir a un jugador en particular y continuemos mirando sólo la actualidad, vamos a seguir en este círculo vicioso por varios años más.
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