domingo, 4 de noviembre de 2007

UNA NUEVA TRINCHERA

Luego del ataque al puesto policial de Ocabamba en Apurímac y los constantes enfrentamientos armados entre la Policía Nacional y los narcotraficantes en otras provincias del Perú, es el momento de aportar ideas para combatir este grave problema y una nueva trinchera pueden ser los medios de comunicación.

En una conferencia organizada a mediados del mes de agosto por el Instituto Prensa y Sociedad (IPYS), el director de la revista periodística Semana de Colombia, Alejandro Santos, narró la traumante experiencia del narcotráfico en su país y el papel que han desempeñado los medios de comunicación en esa guerra que aún no ha escrito su último capitulo.

La sociedad colombiana despertó una mañana en los ochentas y no volvió a dormir tranquila. Gracias a la audacia de la prensa se destapó que miembros de los cárteles de droga ya estaban ocupando cargos públicos desde los cuales querían tomar el poder político de ese país. A partir de ése día, la lucha contra el narcotráfico tuvo como uno de sus principales pilares a los periodistas. Luego de más de veinte años de críticas e investigaciones constantes contra esa poderosa mafia, sus filas cuentan 84 bajas producto de asesinatos de sicarios y otros crímenes, pero llevan consigo los logros de no haber cedido nunca ante las presiones de censura, dotar de datos certeros a la justicia y mantener informada a la sociedad para que tome conciencia y actúe.

En nuestro país el poder del narcotráfico va en aumento. Los ciudadanos somos testigos de los niveles elevados de ineficacia del gobierno para eliminar y combatir a esta mafia. Los cárteles internacionales operan con normalidad y las incautaciones efectuadas por al policía son cada vez menores. Para los que creen que el único rol que pueden desempeñar los hombres de prensa es criticar el lisiado plan de lucha contra las drogas del Estado, se equivocan. Siguiendo el ejemplo de nuestros colegas colombianos, podemos ser una nueva trinchera para combatir por la sociedad a la que pertenecemos.

Para llevar a cabo esa resistencia es necesario que todos los medios de comunicación se agrupen y formen un frente común cuya consigna sea la no impunidad de los delitos del narcotráfico y la defensa de los valores de una sociedad incorrupta. Con una postura firme se va a alcanzar un grado mayor de impacto con las noticias que se publiquen sobre este tema y mantener viva la indignación ante los hechos que afecten a los ciudadanos a causa de las acciones nefastas de la mafia. También como en el caso de Colombia se puede lograr un acuerdo entre los periodistas para poder sacar a la luz pública investigaciones rigurosas y reveladoras sin los nombres de quienes las llevaron a cabo para que puedan salvaguardar su integridad desde el anonimato.

Otro punto importante es la necesidad de forjar una red nacional de medios de prensa con la finalidad de descentralizar la información y abrir el panorama de los medios de alcance nacional. Esto puede permitir por ejemplo, que los hechos o investigaciones periodísticas que se dieron lugar en un pueblo de Puno puedan rebotar en medios de Loreto y también de la costa logrando difundir esa información tanto a diversos lugares del país como a la mayoría de autoridades e instituciones. Así, la visión de la realidad nacional no se va a limitar a un par de noticias curiosas de otras regiones sino a acontecimientos concretos y relevantes.

Si esto se concreta, Lima ya no va a sentir lejana la amenaza del narcotráfico ni le va a ser indiferente como fue en el principio con el fenómeno senderista. Tuvo que suceder el atentado en la calle Tarata para que recién abrieran los ojos y vieran que el enemigo ya estaba dentro de casa hacía varios años.

Tal vez la batalla más dura que tenga que librar la prensa en ésta guerra contra el tráfico ilícito de drogas sea intentar cambiar la postura del gobierno ante los medios de comunicación. El presidente y las autoridades van a tener que aceptar que las críticas y destapes periodísticos son fundamentales para preservar la democracia en el mundo de hoy y que, a pesar de las diferencias que hay, ambos deben servir a la sociedad y pueden estar en el mismo bando ante un enemigo común.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Es muy interesante salir de tu puesto de siempre, y ponerte desde afuera a ver lo que sucede adentro. La prensa, a lo largo de muchos años, ha tenido la fama de guiar su noticias, mostrar cosas en distintas proporciones, y hasta cambiar algunas cosas. Pero como tu has dicho, tenemos que ponernos de su lado algunas veces, para poder luchar, ya que no es como el gobierno, que no "suelta algunas cosas". La lucha contra el narcotrafico es larga, y mientras más seamos, mejor.
Jorge J.