martes, 12 de agosto de 2008

CON LA SOGA AL CUELLO

La sanción de seis fechas al delantero peruano Paolo Guerrero es realmente un tiro de gracia. Ya en una situación caótica donde los puntos son calculados sin errores a favor de nuestra selección nacional, perder al mejor delantero que tenemos practicamente arrastra por el pavimento los rezagos de esperanza de una clasificación al Mundial del 2010.

Nosotros no sabemos lo que le dijo Paolo Guerrero al arbitro chileno en el partido ante Uruguay. Tal vez era suficiente con la expulsión y la suspensión de una fecha como máximo. Sin embargo, el juez ha elaborado un informe casi policial (que incluso quedó corto a su criterio) y redactó uno complementario que puso contra el paredón al peruano ante los fusiles de la FIFA.

Falta la apelación, pero por la magnitud del castigo es evidente la falta de peso de los dirigentes de la FPF. Si eso hubiera pasado con un brasilero, argentino o incluso paraguayo, la sanción no excedía las tres fechas. Más aún cuando el jugador no tiene antecedentes de agresión a los árbitros.

Esperemos que se pueda reducir la pena impuesta al delantero del Hamburgo y si no es así, que no sea pretexto para sacar de la congeladora a los indisciplinados Claudio Pizarro y Jefferson Farfán que es mejor morir de pie.





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