martes, 12 de agosto de 2008

DOBLE CARA

La apresurada decisión del Presidente de Alianza Lima, Carlos Franco, de volver a contratar al mediocampista Juan Jayo Legario, quien fue separado por indisciplina hace un mes de la institución es una vergüenza.

En un país donde las personas no respetan las leyes, la moral es de doble filo y cada uno ve por donde sacarle provecho a las situaciones, es posible ser testigos de un hecho como este. Peor aún cuando practicamente le han arranchado el jugador al Club José Galvez de Chimbote que ya lo tenía dentro del plantel e incluso vestía la indumentaria oficial de ese equipo.

Esto constituye una falta de ética total y de respeto hacia otra institución. ¿Se imaginan lo que habría pasado si a Alianza Lima le arrebataban un jugador de esa manera? Definitivamente se armaba la grande y todos hubieran defendido al equipo victoriano. Pero como se trata de un club provinciano, los abusos se permiten.

Sin embargo, al parecer Alianza Lima tendrá que desembolsar un cifra que bordea los 150,000 dólares americanos al club chimbotano por esta maniobra desleal. Al menos eso es lo que está gestionando el José Galvez junto a sus abogados. ¿Realmente vale la pena pagar por Juan Jayo esa cantidad de dinero para que juegue como máximo una temporada más en la Victoria? Creo que la respuesta se cae de madura.

Con ese dinero tranquilamente traen tres refuerzos de primer nivel del extranjero para ayudar a levantar y renovar el cuadro que dirige Richard Paez (quien, dicho sea de paso, ha quedado muy mal parado porque ha cedido a la presión de los dirigentes) y no seguir gastando dinero en alguien que ya esta a punto del retiro y que no supo comportarse de acuerdo a lo que se esperaba de un hombre de experiencia y con liderazgo en el grupo. Para tal caso lo hubieran sancionado solo económicamente y no hacer este circo.

Pensar que con Juan Jayo Alianza Lima va a ser un mejor equipo es casi una quimera. Si se estaba apostando por una renovación que hace años debía de suceder para que el club evolucione, esto es un error tremendo. Traer de vuelta al experimentado mediocampista es aplicar cortisona al plantel. Puede que ayude a animar a sus compañeros pero a largo plazo va a ser perjudicial.







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