Parece ser que el apellido le viene bien a Claudio Pizarro. Ya que, el registrado en la historia, desde que llegó decidió conquistar todos los campos posibles y enriquecerse.
La comparación irónica parte de la denuncia iniciada en los programas "Cuarto Poder" y "El Especialista" sobre una transacción económica dudosa del jugador peruano Roberto Silva al club Werder Bremen de Alemania. Donde, al parecer, se habría pagado al Sporting Cristal sólo una quinta parte de la real operación.
El gestor sería Carlos Delgado como representante y Diego Rebagliati junto a Francisco Lombardi, responsables en ese entonces del club peruano. La aparición sorpresiva de Pizarro (como en sus mejores actuaciones en las canchas) se da cuando se muestran documentos en los cuales queda demostrado que es dueño de una proporción importante de acciones en la empresa de agentes deportivos.
Curiosamente, Pizarro junto a su padre, aparecen como accionistas de la empresa que representa a éste mismo jugador y a varios de los mejores de nuestra patria. Eso representa buenas ganancias y contactos envidiables. Sin embargo, no se trata sólo de jugadores sino también de entrenadores. Aquí es donde se da el dilema ético. ¿Cómo vas a ser accionista de la empresa que representa a tu propio entrenador?
La selección peruana de mayores ha tenido dos técnicos representados por Image en los últimos años: Paulo Autuori y Freddy Ternero. Con ambos era convocado Pizarro y definitivamente con el brasilero se llevaba de maravilla. Asimismo, a pesar de bajas actuaciones de algunos, siempre estaban en el equipo. La otra cara de la moneda ha sido con Franco Navarro, Julio César Uribe y Chemo del Solar, con quienes ha tenido discusiones y dificultades. ¿Será pura coincidencia?
El caso de Carlos Delgado es complicado porque habría evadido impuestos al realizar las transacciones en Panamá y no registrarlas en Perú. Asimismo, ha incumplido los dictámenes de la FIFA cuando en la venta de Pizarro al Chelsea, fue representante del club ante su jugador patrocinado. Eso está prohibido por ser de ambas partes y puede costarle la licencia de agente. En los días siguientes se conocerán mayores detalles al respecto.
Esto no se trata de enlodar a los buenos jugadores peruanos que están brillando en el exterior. Los que han estado haciendo cosas indebidas son las empresas que los representan y sus agentes. Separemos la paja del trigo y no nos dejemos llevar por las corrientes que quieren ocultar este tema. Se trata de otro de los grandes males del fútbol peruano que debe ser esclarecido y solucionado.
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