jueves, 2 de abril de 2009

TRES MÁS

Anoche recibimos una "amistosa" goleada de 3-0 ante la selección de Brasil en Porto Alegre. Los más optimistas hinchas (que obviamente no se sumaron a esa tontería de apagar el televisor como en la hora del planeta) seguramente apostaban a un empate. Sin embargo, sólo se vio un equipo en la cancha y ese fue el pentacampeón.

Fuera del penal inocente que cometió Carlos Zambrano, el off-side en el que se encontraba Luis Fabiano en el segundo gol y el pésimo cierre defensivo que permitió a un jugador correr desde la media cancha, llegar a nuestra área y meter el tercer gol, creo que Brasil jugó a media máquina y Perú nunca encontró la ruta para hacer daño.

Escuchaba comentarios en la televisión que resaltaban un mejor trabajo defensivo en nuestra selección. No nos habrán hecho 6 goles como algunos pensaban, pero de todas formas entraron 3 y eso no representa una mejoría. El mejor partido de la eliminatoria, en donde Perú hizo un gran trabajo defensivo y tuvo un equipo ordenado fue contra Argentina en Lima.

Si Chemo lograra armar al equipo nuevamente de esa forma y hacerlo trabajar conscientes de que somos "chicos", creo que veríamos a una selección que da la cara ante todos, no goleada y con mejores chances de obtener algunos resultados positivos que nos saquen del último lugar de la clasificación. La meta será quedar en una mejor posición en sudamérica que en las eliminatorias anteriores y sin los indisciplinados que sangran por la herida del orgullo cada vez que los entrevistan.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ojalá Chemo se quede hasta el final para que le sirva de escarmiento por haber sido cómplice de Burga. También vi el partido. Perú juega a nada. Parece que no entrenaran. Chemo-técnico no es ni la sombra del Chemo-futbolista: puro coraje y personalidad. Muchos de los que alinearon anoche tenían cara de "qué diablos hago acá". Recordé la selección comandada por Pepe. Recordé a Popovic. En fin. Solano es optimista al decir que en el 2018 podemos lucharla. Un abrazo. Carlos Bracamonte.