La derrota del miércoles ante Colombia no es ninguna sorpresa. Lo más lamentable es que era un partido ante un rival que venía mejor que nosotros pero tampoco era un monstruo y eso quedó claro en los noventa minutos. Es evidente que el grupo anda dividido, hay bandos dentro de la selección y eso se lleva a la cancha.
El gol es una tontera de Leao Butrón que con su experiencia, no puede salir así a cortar un centro. A eso añadimos la poca marca en el área de nuestros defensores. Si Juan Vargas no estaba ni a un 90%, entonces Del Solar no debió ponerlo de arranque, terminamos quemando un cambio en el primer tiempo por una mala planificación.
Si algo se puede rescatar es que en el segundo tiempo los muchachos demostraron tener cierta verguenza y empezaron a jugar. Muchos dirán que eso es indispensable en una selección nacional, pero en la nuestra se había perdido hace mucho y al menos la recuperaron en Medellín. Al final los cafeteros terminaron pidiendo la hora porque Perú andaba cerca al empate.
Esperemos que en estas fechas que restan no seamos un combinado de piedra y compliquemos a los clasificados o los que andan por el quinto lugar. Por orgullo deberíamos salir del último lugar y cambiar el rumbo de nuestra selección, obviamente sin Chemo del Solar en el banco ya que demostró una total falta de experiencia para manejar una selección.
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