martes, 30 de junio de 2009

EL LASTRE DEL MILITARISMO

Nuevamente, tras varios años, un gobierno democrático ha sido derrocado por un golpe de Estado llevado a cabo por los militares. El caso es Honduras, un país que tiene una historia marcada por acontecimientos como éstos. El presidente Manuel Zelaya fue deportado y colocaron en su lugar a Roberto Micheletti.

Ayer ese país centroamericano ha vivido una jornada de protestas y represión. Incluso amenazaron los militares a los periodistas de un canal de noticias de clausurar ese medio si continuaban mostrando al mundo lo que sucedía en las calles. Todo ha estado muy caliente y no es para menos.

La comunidad internacional ha mostrado su total desacuerdo a esta medida radical y respalda a Zelaya, quien ha anunciado su retorno a Honduras el jueves para cumplir su mandato. Hugo Chávez amenazó con intervenir ese país y derrocar a Micheletti, algo que no debe pasar desapercibido. Felizmente esa acción no se ha dado.

Pensar que Estados Unidos como en ocasiones anteriores ha estado detrás de la maniobra es algo que resulta medio obsoleto, dudo que los gringos luego del fiasco iraquí deseen meterse en problemas continentales, que de una u otra forma, implican gastos en medio de una crisis mundial.

Creo que ya estamos en un nuevo siglo y esas ideas de que los militares quitan presidentes y apoyan movimientos que los favorecen o piensan que el ejército es la mejor institución para dirigir un país ya quedaron en el olvido. Las cosas no funcionan así y debemos hacer respetar la democracia a toda costa.



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