Luego de unos días sin acceso a internet puedo retomar los posts. La rapidez con la que la Policía Nacional del Perú ha logrado resolver el caso del asesinato del estilista Marco Antonio, no deja de sorprenderme.
Por un lado es interesante cómo la policía cuando tiene un crimen mediático entre manos descubre y captura supuestos culpables (falta el juicio que lo determine) y convoca a conferencias de prensa para dar detalles de su eficacia. Tal como sucedió con el crimen de Alicia Delgado, más ha sido un show que ha tapado la crisis del Poder ejecutivo que otra cosa.
Sin embargo, para labores más simples como custodiar a Alberto Quimper y Rómulo León, no son tan eficaces. Se podría decir que "se les escapan las tortugas", no por torpeza sino, probablemente, por arreglos no muy legales que digamos. Muy similares a los que podrían estarse dando en el Poder judicial para que los casos no avancen y ni siquiera se enchufen las computadoras del "chuponeo".
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