Tal vez la noche de ayer hubiese sido redonda si es que "La Teta Asustada" se llevaba el Oscar a la mejor película en idioma extranjero. Al menos la gente huantina y de Manchay seguro que hoy habrían tenido un feriado festivo con mucha alegría. Pero las cosas no se dieron así.
A pesar de que Claudia Llosa no se llevó la estatuilla cinematográfica, es un gran logro para el país el solo hecho de haber estado dentro de las cinco nominadas a nivel mundial. Para dejar este punto en claro, imaginemos que nuestra selección nunca hubiese estado en un Mundial de Fútbol y de repente clasifican, compiten y se quedan en las semifinales. Nadie se habría quedado con un mal sabor, sino con el corazón contento.
Esa alegría es la que creo que debemos sentir con esta película. No una desazón por no ganar la final, sino la emoción de haber estado entre los mejores (a pesar de que le tengo varios "peros" al Oscar). Finalmente, podemos decir que el Perú ha tenido un buen representante en medio del glamour y la gigantesca industria cultural norteamericana, lo cual nos abrirá las puertas a otros productores y mejores financiamientos para proyectos de cine nacionales.
Un detalle que no quiero dejar pasar es la cobertura mediática que le dieron a Magaly Solier durante los días que estuvo en Estados Unidos. Realmente fueron patéticos los reportajes (por ejemplo los del Canal 4) donde seguían a la jóven actriz a todos lados realzando su primera vez en cada lugar (por lo que no es de Lima) como si se cumpliera el sueño de una cenicienta peruana. Eso es un tipo de discriminación que sería bueno eliminar de raíz. Ya ni hay pretexto para eso debido al nivel que ha alcanzado la globalización.
Dejemos de lado esos prejuicios (me refiero solo a quienes los mantienen) y seamos cálidos con nuestros compatriotas que nos han representado en la escena mundial del cine.
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